lunes, 5 de septiembre de 2011

Antinovela

Si bien esa tarde Eduardo se sentía abrumado y conquistado por el drama, no comprendía porque las cosas tenían que ser así, estar en una encrucijada, en medio de dos caminos, ambos buenos y dulces, no podía evitar sentirse mal al elegir por cual recurrir. Me parece una estupidez, pensaba Eduardo, la gente generalmente piensa que donde manda el corazón no manda el cerebro, ¿Pero cómo evitar usar el cerebro?. Esa pregunta lo sumía mas y mas en su desesperación.
¿Qué se hace en momentos como este?, frases pasaban por su mente como flash de izquierda a derecha y de derecha a izquierda en un absurdo desorden de ideas ya tatuadas, provocando un caos. "Queda bien con todos, obten un fracaso seguro", es la mas inteligible, ¿Pero cual es el fracaso?, ¿la elección incorrecta?, ¿Cómo lo sabrás?. Maldito drama idiota. No me caben mas que maldiciones en la mente, no me cabe mas que pensar en la duda de como pude llegar a estos menesteres.
Creo que las preguntas efectuadas a mi mismo, no ayudan, pero las tengo, y es algo difícil exponerlas. Es difícil ser ese idiota en la vida real, de escoger las dos, no quiero ser ese idiota. He tenido toda mi vida un extraño sentido tan romantico de justicia, que no me permitiría ser injusto en el mas minimo detalle de mi vida. Tal vez deba atribuirlo a las caricaturas que veía, los heroes que luchaban por el bien, creo que eso me forjó de una manera positiva, ¿Qué nos espera como seres humanos con caricaturas en las que los protagonistas son unos niñitos chiflados insoportables?, pienso que reflejará así como se reflejó en mi en mi vida de adulto, pero aqui me tienes, divagando de nuevo, piensa Eduardo. Ya lo sé, son mis ideas tratandose de acomodar, y encajar en el papel que debo asumir, pero es un rompecabezas de tantas piezas en el que apenas voy empezando y ya me desesperé.
Creo que lo que me mueve es el miedo a arruinarlo, pero se que la arruinaré de un lado u otro, tal vez sea hora de aceptar las bajas tal general de expedición, al Teniente Eduardo no le gustan las bajas, no le gusta perder, pero a veces las perdidas parecen tan inevitables, Maldito drama idiota.
Odio los dramas, sin embargo tengo que aprender a vivir con ellos. Creo que lo que mas temo, es que se apoderen de mi vida, Eduardo, si no haces un movimiento inteligente en este juego, no la tendrás facil, entonces si te encontrarás con el drama, tan jodido como es. Maldito drama idiota.
A continuación, Eduardo escribe un Antipoema en el cual nos muestra su aversión por el drama.

Querido estupido drama
¿Qué es lo que usted trama?
Me persigue y no me deja
¿Y si de una vez se aleja?
¿Qué tal si se muere?
¿No le agrada la idea?
¡No es bienvenido en mi aldea!
¿Qué tal si se muere?
Maldito drama idiota
¿No se conforma con mi mente rota?
Maldito drama idiota.
En mi rostro el dolor de cabeza se nota.
Maldito drama idiota.
Ojalá no te vuelva a ver en esta vida o en la otra
Maldito... Drama... Idiota...

Eduardo, que dramatico te has hecho.

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