viernes, 1 de junio de 2012

Los Dibujos del Güero González

A decir verdad, varios reporteros como usted vienen aquí a merodear el lugar, buscando la historia del mes, pero algo le he de advertir, no se acerque a la casa del Güero González.
Dicen que una especie de ente habita ahí, incluso se vincula a ese ente con la muerte del mismo Güero, yo ya no sé si creerle a mis instintos, o dejarme guiar por la razón, porque en el caso del Güero, la razón no es suficiente para entender lo que pasó en el lugar.
Le contaré lo que sé, hace unos cuantos años, me encontraba echándome unas cervezas con el Güero, y me dijo que tenía una libreta en la que hacía dibujos, cuando le pregunté que clase de dibujos eran, se quedó en silencio, como si le diera pena hablar de los dibujos, como si escondiera algo, después del silencio me dijo, no se lo que sean, no sé si pueden tener un nombre, pero son sombras que me acosan en mis sueños Cantú, y estos sueños son cada día mas recurrentes, ya no se que hacer, solo los dibujo al levantarme de la cama, así con todo y el agitamiento, el sudor frío, la temblorina por la adrenalina que sigue fluyendo después de una persecución en los sinfines del subconsciente. Puedo sentir como esos ojos rojos se posan en mi cuello con la sola señal de un escalofrío, escalofrío mismo que estoy experimentando al contarte esto, ya no sé que hacer Cantú, ya no se que hacer.
El Güero me confesó esa noche, después de habernos tomado unas 10 cheves cada uno, que había visitado a una chamana para investigar la muerte de su esposa hace dos años, dijo que no le parecía real que ella haya muerto tan joven, el pensaba que fue algo extraño y me dijo que como no se lo podía explicar el mismo, tenía que recurrir a fuentes mas allá de su comprensión para entenderlo. Me contó que la chamana le dijo que había algo enterrado cerca de su casa, que alguien lo había hecho por maldad, y que tenía que buscarlo cerca de el corral, el Güero me dijo que estuvo buscando y buscando la tierra mas blanda y posiblemente que se haya removido recientemente, el Güero aseveró que encontró el lugar, y desenterró la cosa, me dijo que le decía cosa porque no sabía como describirla, una vez que la recogió del suelo, parecía una masa de lodo purulenta, negra y como del tamaño de un cráneo humano. El Güero me dijo que la aventó mas allá de los limites de su rancho con el de los Elizondo, y despues volvió con la chamana, y la chamana le dijo que había hecho mal el trabajo al aventar esa cosa, porque los animales seguramente se lo comerían y andaría rondando por ahí, el Güero dice que fue a buscarla a donde lo había tirado, pero no encontró nada.
Cuando me dijo eso, le dije que posiblemente era que estaba cenando mucho, dudo que eso de los chamanes sea verdad, seguramente estas comiendo mucho y cenando muy temprano, así dice la gente, que cuando cenas ligero, sueñas ligero, el Güero me miro con una de esas sonrisas acompañadas de una mueca expresando desinterés, y dijo tal vez, lo intentaré. Esa noche tomamos hasta que el Güero calló dormido en la mecedora, quedaban varias cheves en la hielera, así que decidí seguir tomando a la luz de la noche y al finalizar mi tarea, iba a meter al Güero en su casa, y así lo hice. Terminé mi ultima cerveza y me levanté un poco mareado, debí haber comido mas botana para evitar esto, pero yo siempre he disfrutado de una buena borrachera y sus efectos, pero ahora, necesitaba de la fuerza y coordinación para levantar al Güero, que como una persona de mas de 40 años, y a como estamos los mexicanos últimamente, que somos primeros lugares en obesidad mundial, el Güero pesaba fácilmente unos 90 kilos. Entonces lo moví, y balbuceó, le di un par de cachetadas suaves para que volviera en sí y así cargarlo y que con sus propios pies me ayudará a llevarlo a su cama.
Después de haberlo dejado, cerré la puerta con seguro, no traía llaves, así que solo le puse seguro a la perilla, me dirigí a mi camioneta para irme a la casa, entonces le di llave, y al parecer, no estaba funcionando la batería, insistí dándole llave, pero nada, tuve que irme caminando esa noche, estaba muy estrellada, y mi rancho no estaba muy lejos, así que decidido tome el camino. A casi cincuenta metros de la casa del Güero escuche un grito, lo ignore, imaginé que era el Güero soñando, y seguí mi camino. "Qué tipo tan desgraciado" pensé mientras caminaba y me tambaleaba entre las sombras de mi camino. Poco me imaginaba que el día siguiente lo iban a encontrar muerto, dijeron los paramedicos, que le dio un ataque cardíaco, que sufrió mucho de estrés y fue lo que lo culminó, tan joven mi compadre, que chingaderas que fueran sus mismos sueños lo que lo condenaron.
Por ahí corrió rápido la noticia, y al día siguiente me di cuenta de que había unos matones queriéndose apoderar de la casa abandonada, como quedaba tan cerca de Nuevo Laredo, no se hicieron esperar, decidí ir en la camioneta y hablar con ellos para darles una asustada, planeaba ir en la noche para espantarlos, creo que fue una idea muy infantil de mi parte, me dijeron que estaba loco, que no me anduviera acercando si apreciaba mi vida, que ese rancho ya pertenecía a los zetas. Obviamente me hervía la sangre, no iba a dejar que el trabajo de la vida y legado de mi compadre el Güero, quedará a manos de unos mendigos cuatreros.
Fui a la noche al rancho del finado, después de su funeral, me acompañó su primo Filisteo González, cuando le comenté que había unos cuatreros en el rancho de su primo, sus ojos pasaron de lo vidrioso que estaban por las lagrimas, a unos ojos rojos llenos de coraje, y no quitó esa cara hasta que llegamos a mi casa, de ahí nos fuimos a pie, nos llevamos un par de revolvers que tenía que me dió mi abuelo que aun le quedaron de la revolución, por si el plan A no funcionaba, las balas iban a hacerse presentes, todo sea por la memoria de mi compadre el finado Güero González. Nos acercamos a la casa, y vimos a los cuatreros, al parecer estaban quemando las pertenencias del compadre, entraban y salían, Filisteo se llenó de cólera al ver lo que hacían, en una de esas ocasiones vi la libreta de dibujos del Güero, la aventaron junto con las demás cosas.
Quisimos esperar a que se durmieran, pero al parecer nosotros teníamos mas sueño, los tramites del entierro nos habían agotado, decidimos hacer la retirada y volver al día siguiente.
Al día siguiente, mi celular sonó temprano, me levantó de la cama, era Filisteo, me estaba diciendo que encontraron a los cuatreros muertos también de paro cardíaco, "¿Qué chingados?" fue lo primero que me pregunté, le dije a Filisteo que era una coincidencia la forma de muerte de los cuatreros con la forma de muerte de su primo, pero nunca le conté la historia que el Güero me había contado, porque tenía miedo de que me tirara al loco, me dijo que era mejor que el se quedara a vigilar la casa, dijo que de una vez le iba a dar una pintada y arreglada, trate de convencerlo de que no se quedara en esa casa, pero nunca le dije nada de aquello, naturalmente no me hizo caso.
Aquella noche no pude dormir, así que me dirigí al rancho del finado, cerca de las 2am para traerme a Filisteo conmigo, estaba todo apagado, entonces saque la lampara de la camioneta y empecé a aluzar la casa, y ahí estaba, lo encontré tendido en el suelo, lleno de potencia grité filisteo, me le acerqué y lo abracé, y entre llantos grité "CHINGADAMADRE", una de mis lagrimas calló en el candil de la lampara, lo que me hizo voltear hacia el reflejo en la pared que se veía grotesco, ahí yacían pintados, en la pared y con la pintura nueva que había comprado Filisteo, los dibujos del Güero González, y los vi con sus ojos rojos, burlandose de mi, y diciendo, no vuelvan a esta casa, que ya es nuestra, nunca más me acerqué al rancho del Güero, y a decir verdad, estoy vendiendo mi propiedad y me quiero cambiar a Laredo, ya no me siento seguro aquí.
Ya vi como me miras y estoy seguro que no crees una palabra de lo que digo, pero si quieres ir a la casa del Güero González, solo te advierto, que con ver sus dibujos, esos ojos te seguirán todas las noches, como a mi, y te darán los mismos escalofríos que estoy sintiendo en estos momentos cuando hables de ellos.

1 comentario:

Gibo dijo...

chingón.
Nomás unos ajustes con los acentos y una que otra coma. pero está bueno el relato.