jueves, 21 de abril de 2011

El Tiempo

Los relojes de manecillas han quedado casi extintos, en realidad pocos saben porque, a veces me pregunto si es por esa manecilla segundera, que sin remordimiento o piedad avanza haciendo clicks de una manera insoportable para mentes hundidas dentro de el estres, acercandose a la fecha de caducidad de sus tareas, y asomando su ya acostumbrada jaqueca, o que decir de las manecillas minuteras, esas manecillas de interpretación, de transponerse que si 6 son 30 y que si 12 son 60, un reflejo de la vida misma se trata de interpretación y asimilación de nuestro entorno, misma interpretación y asimilación de la que mucha gente al poco tiempo se harta y termina yendo por el mundo con el estilo de "yo vivo la vida", olvidando las preguntas y explicaciones que no sabemos si nos llevarán algun día a algun lado, o encontraremos nuestra utilidad en la tierra, las manecillas de la hora, como olvidar esas, son tan versatiles, puedes convertirlas y clasificarlas, a las 8 le pondremos "la junta", a las 2 le pondremos "la comida", a las 7 le pondremos "pasear al perro", un reflejo de la obsesividad del ser humano por el tiempo, me detengo a pensar si vinieran vistiantes de un mundo lejano, pienso que lo mas extraño que encontrarian en esa especie que se hace autodenominar "ser humano", sería su enferma obsesion por el tiempo, y justo cuando lleguen estos visitantes a pensar de esta manera, suene la campana de las 12 y prueben un poco de nuestra cultura de obsesiones, y prueben el estridente ruido del martillo tocando esa campana, ruido que ha atormentado a un sin numero de gente a través de los tiempos.
Es en realidad una ironía que con el paso del tiempo el reloj de manecillas halla pasado de moda, pero serán siempre recordados por la gente, fueron inmortalizados por el gran Salvador Dalí, que representaba unos relojes derretidos, con una estampa de muerte y tetricidad, dando a entender como el tiempo se va asía como así, y no espera a nadie, así como existe el Reloj de la Muerte, un aparato en el que al momento de fabricarlo se utilizaba mercurio y los relojeros o se volvían locos, o su expectativa de vida se convertia a debajo de los 40, esos relojes que aun se mueven en el mercado, bien podrían tener un espiritu de una vida mal vivida, otra vida consumida, pero esta ves literalmente, por un reloj.
Los relojes nuevos deberían de tener dos medidas, tiempo frío, sensación de tiempo, porque a veces, dependiendo de nuestros estados emocionales, el tiempo va mas rápido o mas lento de la velocidad estandar de las manecillas, existe una extraña contracción y expansión de tiempo y espacio en el cual por medio de nuestras emociones somos unos viajeros asiduos por el tiempo, eso solamente depende de la situación, si estas feliz y euforico, puedes avanzar rapidamente brincando cuanticamente horas y acelerando sin siquiera notarlo, o cuando estas triste, puedes llegar a desacelerar cual freno de mano activado desde un coche en movimiento, pero habrá que estar preparados para el golpe cuando paremos el tiempo, porque sus consecuencias podrían llegar a ser terribles.
Y bueno, has quedado advertido, sobre aviso no hay engaño, siempre me ha gustado la velocidad, te invito a doblar el tiempo y el espacio, pronto estaremos en un lugar mejor.

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